
Impacto da iluminação na sociedade atual
El tamaño de la población es una de las métricas más importantes para el entendimiento humano y para calibrar estrategias a escala mundial, regional, nacional y local.
Comprenderla ayuda a estimar el número de seres humanos en el futuro para tejer estrategias socioeconómicas, medioambientales y demográficas. La ONU lleva más de 50 años haciendo este trabajo y las últimas proyecciones dicen que en 2050 la población mundial será de 9.800 millones y en 2100 de unos 11.200 millones.
En la actualidad, más del 50% de la población mundial vive en zonas urbanas y consume entre el 60% y el 80% de la energía; para 2050 se espera que alcance el 66%. Este aumento desencadena una mayor necesidad de construcción, que a su vez genera un aumento de las necesidades energéticas, donde la iluminación es responsable del 20-25% de la energía consumida y del 6% de las emisiones de CO2 en todo el mundo.
Con el crecimiento demográfico localizado, se generan presiones estratégicas para implantar tecnologías más eficientes en el mercado. En la última década, Lightenjin, como actor en el mercado de la iluminación, ha impulsado el cambio hacia la transición energética con la sustitución de las tecnologías «analógicas» convencionales por la implantación de tecnologías «digitales», donde la creciente eficiencia energética de la tecnología LED, unida a su larga vida útil (50.000 a 100.000 horas), proporcionan razones más que válidas para su implantación.
Hoy en día, la imposición se basa en un cambio de paradigma en la función de la iluminación. La multifuncionalidad asociada al elemento que proporciona iluminación va más allá de la condición de proporcionar niveles de iluminación necesarios para realizar tareas y promover la seguridad. Hoy trabajamos la iluminación desde la perspectiva de un elemento facilitador, para dar respuesta a las necesidades humanas y animales, a nivel alimentario, en la prevención y control de la propagación de virus y bacterias.
Actualmente, uno de los retos es mejorar la eficiencia energética para reducir el consumo derivado de la iluminación y utilizar esta energía para funciones mayores. En todo el mundo hay alrededor de 320 millones de puntos de iluminación y se espera que en 2027 haya alrededor de 363 millones. De estos puntos de iluminación, actualmente, menos del 5% integran sistemas de control. Las proyecciones indican un aumento de alrededor del 30% para finales de 2027. También se sabe que la integración de sistemas de control en las vías públicas podría reducir el consumo energético hasta en un 30%. Si hacemos el mismo ejercicio en términos de edificios, las reducciones podrían ser mayores.
Si se confirman las proyecciones de crecimiento poblacional, estas reducciones podrían servir para iluminar lugares con masas demográficas notables, diferentes a la realidad actual. Podría también responder a una necesidad de crear espacios/medios en las ciudades, mediante iluminación artificial personalizada, que favorezca el crecimiento de productos de primera necesidad para eliminar carencias alimentarias derivadas del crecimiento poblacional, difíciles de cubrir con producción rural sostenible. Por ejemplo, Taiwán está integrando granjas en estaciones de metro subterráneas para cultivar verduras sin utilizar pesticidas y de forma sostenible.
Otro gran reto es promover una iluminación de calidad en los espacios de trabajo, capaz de controlar nuestro ritmo circadiano. El ciclo de despertarse con el Sol, trabajar bajo el Sol y acostarse al atardecer es un ciclo intrínseco al ciclo natural del ser humano. Con el descubrimiento de la bombilla, este ciclo permitió al ser humano vivir 24 horas al día bajo exposición regular a la intensidad y temperatura del color. Ahora sabemos que en la retina existen células fotosensibles (ipRGC), encargadas de regular nuestro reloj biológico. La excitación dirigida de estas células puede suprimir la producción de melatonina y favorecer la producción de dopamina, serotonina y cortisol. La exposición a la iluminación con un mayor componente azul durante el día puede promover el estado de alerta y aumentar la productividad. La exposición a una iluminación con mayor componente amarillo favorece la producción de melatonina para promover etapas de relajación. Gracias a los avances en la tecnología LED, es posible personalizar los espectros de luz con regulación de la temperatura de color para adoptar el espectro de luz natural. La intensidad de la luz también debe ajustarse a una curva gaussiana para imitar el perfil de intensidad del Sol. Hoy en día, dado el contexto de exposición limitada y la baja calidad de la luz natural, pasamos alrededor del 90% de nuestro tiempo en espacios interiores. Es importante contar con sistemas de iluminación que puedan regular la intensidad y la temperatura de color, con vistas a simular el perfil de la curva de respuesta del principal mediador del ritmo circadiano, el Sol. La instalación de sistemas de iluminación que favorezcan el control del ritmo circadiano es tan importante que puede interpretarse como un elemento preventivo en el desarrollo de enfermedades relacionadas con la salud cardiovascular, reproductiva, mental, gastrointestinal e incluso el desarrollo de cáncer.
De la misma manera que ciertas longitudes de onda favorecen nuestro bienestar, también hay longitudes de onda responsables de romper los enlaces del ADN, conduciendo a la muerte celular. Estas longitudes de onda (radiación UVC/B) se pueden utilizar para la inactivación física de virus y bacterias. Sin exposición humana a este tipo de radiación.
En Lightenjin, el estudio de las diferentes longitudes de onda es hoy un campo de investigación para dar respuesta a las necesidades de la sociedad actual y futura. La posibilidad de seleccionar éstos, ligados a sistemas de control, hace de la iluminación un sistema multifuncional con muchas potencialidades aún por explorar.
Vânia Freitas
Coordinadora de IDI en Lightenjin
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